En el bosque acostada en su hamaca se encontraba la señora Martina, la
venada, platicaba con doña coneja y le contaba que tenía una idea para un
negocio muy lucrativo. Así, después de 3 meses, logró ver realizada su idea, un
cine con salas amplias y las palomitas más ricas de ese lugar.
Desafortunadamente doña coneja por “azares del destino” como decía ella; abrió
un cine con la mismas características y por ende el negocio recibió perdidas
muy grandes. Buscando otro negocio para
obtener ingresos, la señora Martina puso un hipódromo que funcionó muy bien
hasta que la copiona de la coneja nuevamente “por azares del destino” abrió un mismo
establecimiento. La venada harta de sufrir perdidas por las constantes copias
de la coneja planeó delatarla mediante su propia maña de copiar. Platicó con
ella y le confesó que vendería bebidas de piña fermentada en un bar y atraería a
la clientela joven. Una vez hecho esto solo necesito esperar…
Al año encontró a su amiga que parecía
deprimida, al acercarse a ella, esta le confesó su desgracia. Por haber copiado
la idea de la venada y ofrecer bebidas a menores de edad, cierto día le cayó la
ley y había padecido una demanda que la había dejado en la calle.
MORALEJA:
Copiar sin mejorar la idea
original no siempre es conveniente.
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