Necesito saber si aún
te tengo,
que soy quien brinda
tu alegría,
porque el cielo
entiende que no te freno
y que contemplo la
llegada de tu partida.
No te pido que exista
testigo,
cuando llegue el fin
de este destino
necesito en ti una
huella,
que sea la marca de
lo vivido.
Y es de todos
demasiado conocido
que amarte no es lo
más sabio.
Yo te amo, no lo dudo
ni lo niego
aunque sé que ya no
te tengo.